Su carrera empezó en 1986, cuando aún ni siquiera existía una escena del graffiti, y por tanto, ni siquiera exhibía una firma propia (de hecho, se limitaba a pintar los nombres de sus grupos preferidos). Es un ejemplo de alguien que empezó a dar rienda suelta a su creatividad sin importarle siquiera el prestigio que hoy muchos persiguen, y que él consiguió a base de años y años de estar en la brecha. Se puede ver parte de su trabajo en un dvd llamado "Graffiti instincts", un repaso por los grandes nombres de la escena europea.
Tan importante es amar tu trabajo que trabajar en lo que amas; Dare cumplía ambos, y eso se nota en sus pintadas, que se caracterizan por un trazo limpísimo y murales de dos o tres colores, muchas veces jugando con el 3d ya que en su opinión "los graffitis demasiado cargados de color no dejan que se vea claramente el estilo del que pinta; de esta manera mis piezas parecen más vivas".
Su nombre reflejaba el desafío que supone pintar las paredes, sobretodo hace tiempo, cuando esto no estaba tan socialmente aceptado como ahora.
Un grandísimo respeto; seguro que en su Basilea natal los muros están más grises que nunca.
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